5:45 a.m.
Despierto. Veo alrededor mio y no reconozco el lugar. Es un cuarto extraño en una extraña casa que no conozco.
Mientras miraba a todos lados, me di cuenta que mi papá también estaba en el mismo cuarto en otra cama, también estaba durmiendo mi hermano menor en otra cama y por alguna extraña razón Alonso, mi mejor amigo, se había quedado con nosotros en este extraño cuarto.
Soy el único despierto. Es todo extraño. Pierdo la noción del tiempo pues mi reloj dice que esta amaneciendo pero en realidad lo que veo es que el cielo se torna más oscuro. Está anocheciendo.
Quiero despertar a Alonso, despertarlo para salir despacito y sentarnos afuera para conversar sobre la extraña noche.
Me dirijo hacia Alonso. "Alonso... despierta tienes que ver lo que pasa afuera, está todo muy extraño" le digo.
Él no responde. Se ha cubierto con toda la sábana de los pies a la cabeza.
"Oye Alonso, vamos despierta" le digo en un tono más alto. No responde. Decido entonces descubrirlo para que así me haga caso y despierte por fin.
Cuando lo descubro noto que esta quieto, tieso, entonces me asusto y trato de animarlo, le muevo los brazos y entonces un frío increíble recorre mi cuerpo, Alonso está muerto.
"¿Que pasa Alex?" me dice papá que despertó a causa del ruido. "Papá, Alonso está muerto!" le digo y las lágrimas invaden mis mejillas y siento una pena que jamás había sentido antes, me siento desconsolado, perdido.
Luego mi hermano menor se despierta y me pregunta lo mismo y le digo lo que sucede. Se asusta y se aleja del cuerpo de Alonso que permanece inerte a un lado de la cama. Sigo llorando, estoy asustado, y siento una terrible pena. Alonso era mi mejor amigo, casi mi hermano, pero parece que a nadie más le importaba tanto como a mi. Todos se van, me dejan sólo con el cuerpo de mi amigo muerto.
Ahora me ubico en la sala de la casa de mi abuela, sentado sobre el sillón antiguo que ya no existe, pensando en Alonso y su extraña muerte. Pensando en qué hacer, si le comunico a su familia sobre el extraño suceso inmediatamente me culparían de tan horrible hecho. Pensando sobre todo, se me acerca un primo mio, menor que yo y no dudo en acercarme a él y abrazarlo para tratar de aplacar mi pesar.
Permanecimos así un momento, yo llorando y él preguntándome sobre el porque de mi llanto. Le cuento y lo único que me dice es: "Uy, pobresito". Luego nos sentamos otro rato y se fue.
Otra vez me encontré solo. Llorando.
Salgo a la calle, parece de madrugada, todo es azulado y la gente camina como si estuviéramos en hora punta.
Lo cierto es que estoy solo con el cadáver de mi mejor amigo y sin saber qué hacer. Nadie creería que lo encontré muerto sobre una de las camas de un extraño cuarto que compartíamos. Todos creerían que maté a Alonso y nada más.
Pero allí estoy, solo y llorando a mi mejor amigo.
Entonces despierto de verdad, miro el reloj y son las 5:45 a.m. Estoy asustado porque creo que en realidad Alonso murió, pero a los pocos minutos me doy cuenta que no conozco a Alonso, que Alonso no existe y si existe no lo conozco aún, me siento mal.
Tuve una pesadilla, pero las pesadillas también sueños y los sueños, sueños son.